Me preguntaba hace unos meses, cuando saltó todo el problema de las entradas del Falla y me empezó a picar el gusanillo ese coplero, como sería este año el concurso con la que está cayendo en todos los sentidos, el social, el político, el económico, el cultural, el de los valores… En todos los sentidos de la crisis me refiero, porque la crisis por desgracia es mucho más que económica aunque parezca que es lo único que importa. Me preguntaba por los autores, como habrían visto el año, ese 15M que se levantaba contra las injusticias y si pensarían lo mismo que yo, que eso en el Falla se hace cada año. Pensé en las letras, allá por noviembre, que estarían ensayando o escribiendo, o las que arrastrarían desde marzo, o las que estaban por escribirse con todo lo que aún tenía que pasar en este país hasta carnavales. Desde entonces esperaba el «va telón» como ningún año antes, con otras perspectivas y con más expectativas. En la calle, las revueltas, que unos Currelantes vaticinaron en las tablas meses antes, se habían convertido en una realidad en España y en el mundo entero.
Se abre el telón del Falla y aparece una manifestación. Si lo hacen queriendo no les sale, era el coro a pie de los Sevilla Pecci «Los hijos del 78». En las protestas de los años 70 se refleja nuestra sociedad 30 años después, como si no hubieramos avanzado nada. Casi ningún autor se corta y atacan, a los políticos, ayuntamiento y a un gobierno con tanto cinismo dice Antonio Martín, al Rey, al Cayetano que es el que menos trabaja, a los parados, a los desahucios, a la corrupción, mucho a la corrupción, que se da en todos los ámbitos, hasta en la entrada al teatro como dicen Las que viven como reinas del Fali Pastrana, que nos revelan que mientras la gente se pega noches de cola por una entrada el palco del patronato esta lleno de gente pa servir y pa servirse colando a todo el que les da la gana.
Es que en Cádiz hay mucho tiempo libre, porque está todo el mundo parao, los Carapapas por ejemplo han tenido tiempo de pensar que para sentar a 5 millones de parados harían falta 50 estadios como el Bernabeu, y Tino Tovar va al futuro y vuelve para decirnos que nos vamos a convertir en robots inútiles incapaces de pensar por nosotros mismos. O será eso el presente…